Entre las muchas facetas de la vida de la Madre Caridad, se encuentran algunas que pueden resumirse en un "DECALOGO" en el que se ve que ella supo imprimir a su vida el sello de Dios, encaminar sus obras a la difusión del Reino de Cristo, vivir la experiencia de Dios y ser pregonera de Paz y Bien.I. Renunció generosamente a los bienes terrenos para vivir en austeridad y pobreza, siguiendo a Cristo a ejemplo de San Francisco de Asís.
II. Adoró reverente a su Dios en la Eucaristía, y encontró en ella el Sacramento de la comunión perfecta con Cristo y el fundamento de la fraternidad universal.
III. Amó y veneró a la Santísima Virgen como a su protectora y le confió el cuidado de su Congregación.
IV. Descubrió y alabó en la naturaleza las huellas del Supremo Creador.
V. Experimentó la presencia de Dios en su vida y la convirtió en un continuo acto de amor y de adoración.
VI. Asumió con humildad el designio de Dios que la escogió como fundadora de una Congregación.
VII. Enseñó con su ejemplo a vivir en la Fe, la Esperanza y la Caridad.
VIII. Atrajo a un gran número de jóvenes para vivir el evangelio según el espíritu de su Congregación.
IX. Confortó con su bondad a los pobres enseñándoles a confiar en la Divina Providencia.
X. Difundió como misionera y educadora, personalmente y con las Hermanas de su Congregación, el Mensaje de la Salvación.
Este "DECÁLOGO" es un compendio de su vida santa y de su acción apostólica que invita a la reflexión y a la meditación, estimula a vivir según los consejos evangélicos y las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia.
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